Sí, soy otro de los que cayó en la terrible epidemia de este otoño: la gripe (viral en mi caso). Pero no voy a hablar de esta enfermedad, sino de uno de sus componentes: el resfrío.
Nunca supe cómo se forma el resfrío, bah, el moco. Esa cosa que puede aparecer en estado líquido o espeso (cremoso).
La cuestión es que sufro demasiado el resfrío por las noches. De por sí, soy una persona que no se puede dormir fácilmente. Tengo que encontrar la posición adecuada para que el sueño se apodere de mí. Pero con el resfrío es imposible. Las noches se hacen eternas.
Estando en posición fetal, con el parietal derecho apoyado sobre la almohada, el líquido se posiciona en el agujero derecho de la nariz y, obviamente, no permite que entre el aire. Lo mismo si apoyo la cabeza con el parietal izquierdo. Resultado: ojeras agigantadas por el poco descanso, voz ronca y pensar las mil y una formas de qué hacer para que la jornada laboral dure lo menos posible.
HERMANOS Y HERMANAS DE MI PATRIA (ésto lo decía un ex presidente mmmmm, entonces cambiemos). SEÑORAS Y SEÑORES, DIGAMOS BASTA A ESTA PESTE QUE NOS MALTRATA. SI NOS UNIMOS, PODEMOS GANAR.
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